Vagando voy por la vida
nomás recoriendo el mundo
si quieren que se los diga
yo soy un alma sin dueño
a mí no me importa nada
pa' mí la vida es un sueño
Yo tomo cuando yo quiero
no miento soy muy sincero
y soy como las gaviotas
volando de puerto en puerto
yo sé que la vida es corta
al fin que también la debo
El día que yo me muera
no voy a llevarme nada
hay que darle gusto al gusto
la vida pronto se acaba
lo que paso en este mundo
nomás los recuerdos quedan
ya muerto voy a llevarme
nomás un puño de tierra
El día que yo me muera
no voy a llevarme nada
hay que darle gusto al gusto
la vida pronto se acaba
lo que paso en este mundo
nomás el recuerdo queda
ya muerto voy a llevarme
nomás un puño de tierra
Autor: Antonio Aguilar
miércoles, agosto 22, 2007
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1 comentario:
No maldigais las pruebas que os agobian a vos y a todo el genero humano, no digais que son castigo, ira o venganza de Dios, porque blasfemais; os digo que esas pruebas son precisamente las que estan acercando a la humanidad al puerto de salvación.
Llamadlas justicia, expiación o lecciones y estareis en lo justo.
La ira y la venganza son pasiones humanas, propias de seres distantes todavia de la serenidad, de la armonia y de la perfección; no es justo que a mi amor por vosotros, que es el que preside todas mis obras,le apliqueis el vulgar nombre de castigo o el nombre indigno de venganza.
Pensad que voluntariamente habéis penetrado en sendas espinosas o en abismos tenebrosos y que no habéis acudido a mi llamado amoroso, ni habéis escuchado la voz de vuestra conciencia, por lo que habéis necesitado que el dolor viniese en vuestra ayuda para despertaros, para deteneros, haceros reflexionar y regresar al camino verdadero.
Ha sido menester que el dolor habite en las tinieblas y que la paz more en la luz para que podais elegir libremente el estado espiritual al que aspiréis.
Cuando veo que os dejais vencer por el dolor y que en vez de extraer de él la luz que cada prueba encierra, os concretáis a llorar, maldecir ó simplemente a esperar la muerte como el fin de vuestros sufrimientos, es cuando me aproximo a llamar dulcemente a vuestro corazón, dándole consuelo y esperanza, fortaleciéndole, para que se sobreponga a sí mismo, a su debilidad y falta de fe y pueda triunfar de las pruebas, porque en en ese triunfo está la paz, la luz y la felicidad espiritual que es la felicidad verdadera.
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